lunes, 26 de noviembre de 2012
El presbiterio Marcos Moraes en español
El presbiterio pastoral características del anciano para estar sirviendo en el pueblo de Dios en el cuerpo de Cristo ....
Vídeo de la enseñanza :
lunes, 8 de octubre de 2012
IGLESIA Y ESTRUCTURA
Iglesia y Estructura :
Necesitamos
entender cuál es la estructura de Dios para su Iglesia.
Hoy más que nunca, la iglesia busca de Dios,
busca de su mano ,de su Espíritu, de su poder… que se mueva en medio de su
pueblo. Pero buscamos tanto y anhelamos tanto eso, que nos olvidamos de buscar
la forma, la estructura: cómo nuestro Padre quiere que nos movamos y vivamos. El
dejo un modelo, una forma de cómo debemos vivir; pero debemos entender que no solo podemos aceptar las cosas
que nos parecen a nosotros, sino es necesario revisar toda la Palabra y tomar
todo de ella, sin dejar nada, y poner énfasis donde Dios ,nuestro Padre amoroso,
nos ha marcado. Jesús no hacía nada que el Padre no le hubiese mandado… hoy nosotros
no podemos hacer nada más que todo lo que nuestro Señor y Salvador nos señalo, nos ordeno … y lo que los apóstoles, testigos de todo esto, nos enseñaron … ahora nos queda entender que si
decimos que estamos en El debemos andar como el anduvo .
Dios tiene un
propósito eterno: El quiere que sus hijos lo entiendan
y comprendan!!!
Como vivir en ese propósito.
Necesitamos
revelación para entender , para que nuestros corazones comprendan cual es el propósito de Dios para
nuestra vida ….hoy muchos no saben cuál es el propósito, no saben cómo comenzó y cómo
uno lo puedo alcanzar.
La iglesia, en su mayoría, todavía no ha
entendido este punto crucial, por el cual Cristo vino a restaurar, a sanar, a
salvar, lo que se había perdido. En la
cruz El restableció la amistad, ahora somos hijos, pero como hijos tenemos un
propósito: el asemejarnos mas y mas a Cristo. La salvación no es el propósito
de Dios para el hombre , sino el medio por el cual restableció el propósito
original que nuestro Padre tenía antes de la fundación de mundo, es importante
ser sensible a lo que el Espíritu nos muestra, nos revela, y cómo nos quiere guiar a través de la Palabra.
La historia
nuestra demuestra claramente que es posible que comencemos por el Espíritu y terminemos por la carne, deslizándonos
muy sutilmente.
Aparentemente
entendemos ,hablamos de ese propósito pero toda nuestra estructura, dice y
siente lo contrario, y no nos damos cuenta, que no tenemos ese propósito ,en nuestra vida
no nos estamos moviendo en El.
La iglesia puede arrancar ,en alguna ocasiones , ese propósito de los corazones de los hermanos,
pero también puede reforzarlo; ahora bien, no es tan solo una cuestión de “enseñanzas”, es más bien una cuestión espiritual … Si la
iglesia es una iglesia viva, que se ama en Cristo, al estar Cristo abundando , ese grupo de hermanos jamás pierde el sentido , va
por el camino que es necesario para alcanzar ese propósito, totalmente guiada
por el Espíritu Santo.
Podemos ver
claramente, entonces, que el propósito eterno de Dios es una cuestión principal
porque nuestro Padre quiero que construyamos nuestra vida en la Roca, en Cristo,
y que todos seamos más parecidos a Él, hasta que lleguemos a la
medida de nuestro Señor amado.
¿Se puede lograr ese propósito en la estructura actual de nuestros comunidades ?
Lo que atenta contra la voluntad de nuestro Padre es el
activismo, el re unionismo , el dejar de funcionar como luz y sal ,el estar “encerrados
en cuatro paredes”, la falta total de evangelizar y desarrollar todos los dones que la iglesia tiene y lo más grave … la falta de guía del Espíritu
Santo.
Corremos esta carrera en algunos casos sin entender, o lo que
es peor :entendiendo, no queremos dejarnos guiar, ser dóciles a la voz de Dios;
intentando ser “prudentes” ante ponemos
nuestra opinión y nos arriesgamos a no entender nada y fracasar .
Estamos expuesto
a deslizarnos en algún caso, sin darnos cuenta en otros… para “ensanchar” un
poco más el camino ; si no hay hombres que nos vuelvan a la verdad
corremos un peligro inminente. Pablo le dice a los gálatas “…empezaron por el
espíritu y terminaron por la carne quien los engaño quien lo sedujo…” Pablo
trataba de hacerlos volver ,tenía otra vez dolores de parto para que Cristo sea
formado en ellos .
Si en nuestro corazón no amamos a Cristo, si Cristo no está en el centro de todo y no ponemos nuestra mirada en el , jamás lograremos el propósito de nuestro padre.
Podemos ver
claramente eso …pero …esta Cristo abundando hoy en medio de su iglesia? …
muchas veces se habla ,se predica, se enseña
el propósito para que los
hermanos entiendan y vean que tienen que vivir en ese camino, y crecer en ese propósito …ahora , también la iglesia
tiene que entender que ese propósito
es Cristo mismo.
Cuando yo estoy
mirando a Cristo y me dejo alcanzar por
El por su amor ,por su sacrificio, por todo lo que Cristo es… cuando yo
entiendo, y mi corazón estalla en ese amor,
en
donde Cristo es grande, es todo, no existe nada mas (momento al que algunos llaman “primer amor”
y que debería ser una constante en nuestras vidas),entonces, en ese contexto
espiritual podemos hablar del propósito. Pablo dijo“..todo lo tengo por basura…”,
esa declaración del apóstol era la revelación total de lo que se necesita
para poder lograr ese propósito; si
en nuestra boca, en nuestro corazón, en nuestras charla no está Cristo presente,
continuamente, si en nuestros encuentros no abunda Cristo , es imposible que
logremos el propósito de Dios, de nuestro Padre .
Pablo sabía que
así pensaban los maduros ,los perfectos… pero él sigue, no se detiene,
piensa todavía en los que no tienen
revelado ese propósito; dice entonces “…
vivan de acuerdo a su fe…”, el Señor les
irá revelando.
Los que somos maduros, completos, pensamos así
,vivimos así ; por eso, es importante, más allá que la doctrina tiene que ser clara, llevar
también a los hermanos a Cristo, que su Palabra abunde en los
corazones ; la iglesia hoy en día ,en parte, carece de ese sentido… se llena de
muchas cosas pero no abunda la Palabra de Cristo .Es lamentable como muchos
hermanos todavía no tienen en claro las enseñanzas de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, por eso cuando entra el error no tienen como alejarse ,sino que,
por el contrario, las abrazan; pero hay, en esto, una responsabilidad de los que presiden :
de no llevar al Señor ,ni
sus palabras… es importante entender
este punto ya que si no abunda la palabra de Cristo corremos un gran peligro de
caer en el pozo ;porque “un ciego no puede guiar a otro” y el único camino
hacia el Padre es Jesús!…
Necesitamos
entender todo el consejo de Dios, todo Su propósito es decir, que le conozcamos…pero hay un camino : es Cristo mismo; nuestros corazones colapsados
en Su amor , llenos de Él, viendo tal
cual es ,su majestad ,su santidad ,nuestros corazón estallando en esa revelación …es ahí cuando podemos
movernos, vivir y crecer en El, el
motivo por el que dejamos todo.
Es señorío
pero es revelación de quien es Cristo ,de que El sea en todo …
que en nuestra boca este su nombre
constantemente.
Los no discípulos?
La carencia de idoneidad de muchos juzgan mal al hermano, diciendo
“…no es un discípulo…”, “…no es alguien que esta obedeciendo, no comprende todo
el mensaje de nuestro Señor Jesucristo …”y ponen cargas que ni ellos llevan ,son
religiosos que quieren cumplir un reglamento …. .
En la iglesia hay niños “recién nacidos”, hay
débiles… Dios nos manda a cuidarlos; ahora bien, eso no quiere decir que no
puedan ser parte útil para el propósito de Dios, ya que los encargados, los
dirigentes, los ancianos, los hermanos que están para marcar el camino, pueden
y deben formar el cuerpo de Cristo poniendo a todos en su lugar, en su función,
capacitándolos …ahora, debemos tener en cuenta que dichos hermanos, a los que
muchas veces la iglesia marca como no
discípulos, a pesar de no tener aun en su vida ese propósito tan marcado, poseen dones , gracia de parte de Dios, que
es útil en el cuerpo de Cristo….Dios no
los desecha porque sabe que en su familia hay “niños”, que pueden ir madurando
y creciendo sí ,con sabiduría, se les acompaña en el desarrollo de su función dentro del cuerpo.
Pablo dice que debemos llevarnos las cargas
unos de otros y que si en algo ofendo a mi hermano debo dejar de hacerlo…. por eso
es importante que la iglesia, sus dirigentes, los que presiden, estén
entendiendo… estén llenos de Cristo, no de doctrinas vacías…. si que estén
llenas de amor, de compasión, de sacrificio por el hermano… y tomen la misma postura que tuvo nuestro Amado
el único modelo , que es Cristo mismo.
Si no está Cristo en medio nuestro, si El no
abunda en nosotros, si no vemos a Cristo en mi hermano, nos detendremos en activismos en cuestiones minúsculas
comparadas con lo que significa ser
iglesia.
El objetivo
principal de la iglesia es formar el cuerpo de Cristo, que todos los hermanos cumplan su ministerio, que estén donde Dios
quiere que estén…. y no ser solo un
grupito o “unos cuantos”, si cada hermano no está cumpliendo su ministerio , no
estamos entendiendo , entonces, el propósito de Dios….. no hemos recibido
revelación aun en esto…. es un doctrina una enseñanza mas……no se ha hecho carne
aún en nosotros.
Ahora, si
entendemos eso, sabemos que el único modelo a seguir es Cristo ,es la forma en
que el Padre quiere que hagamos todo .En El “…están y fueron
creadas todas las cosas…” por eso,
cuando entendemos y bebemos de esa revelación, nuestro corazón estalla, porque
entendemos que todo, la iglesia toda, es parte vital de ese propósito; que
todos nos necesitamos para lograr ese propósito, y que no podemos dejar de lado
a nadie ….ni al más pequeños de nuestro hermanos.
Muchas veces
cuando vemos a un hermano que no está creciendo, a un Iglesia que no está
creciendo, jóvenes que no están creciendo, siempre se apela al compromiso personal, al señorío de Cristo, a la necesidad
de tener unción, de estar completamente lleno del Espíritu, estar bautizado en
El o como se quiera llamar...
La iglesia siempre marca y refuerza esta idea,
y espera que los hermanos en su intimidad, en su compromiso con el señor, y
lleno de Espíritu Santo, puedan vencer ,vivir esta vida, y crecer…
Entonces por qué vemos tan poco resultados:
…Cual es la cuestión? … que los hermano no
tienen el señorío de Cristo? Ese
es el problema de la iglesia actual?
Cuál es
la forma de Dios?
Le tiramos
“el fardo”, todo el problema A NUESTRO
SEÑOR….
Y decimos: “…sed llenos de Él, haced su voluntad, y veras que
vas a vencer en todo….” Ahora, esto es verdad, nadie puede negar esta verdad
,pero me animaría a decir, que no es todo lo que la Palabra de Dios indica,
para las necesidades de toda su iglesia.
Sin
ninguna duda somos un cuerpo, una familia, UNA IGLESIA VIVA donde hay dones, hay vida, pero ¿qué pasa si esa
vida no está?
Dios no va a reemplazar algo que El mismo
marcó como fundamental para el crecimiento, para que todos lleguemos a la
medida del varón perfecto…
Sino
vemos lo importante que es el
cuerpo
La iglesia, en
su mayoría no entiende que ellos mismos son los redimidos, los que componen la iglesia, y no tienen conciencia de eso… no
respiran eso…. y creen que es un simple edificio entonces la iglesia cree que es un “local” , un “templo” donde voy “a
cargar las pilas” “me lleno del Señor”, donde “ hacemos culto a nuestro
Señor adorándolo y poniendo nuestra moneda”…
debemos ver, entonces, que no tenemos un conciencia de
cuerpo de Cristo…
Si no entendemos
que somos miembros, que nos ayudamos mutuamente, y que si uno se duele todos se
duelen, y si uno se alegra todos nos alegramos, si no entendemos eso, es porque
no estamos entendiendo a Dios.
Podemos mil veces decir: “pasa al frente… deja que El te llene
así podrás vencer…”, pero Dios no puede remplazar lo que El mismo creó para su
iglesia…
Tenemos una
variedad de ministerios, no un solo
ministerio; tienen que estar todos los ingredientes que nuestro Padre dispuso y
estableció para su pueblo, para que nuestro Señor tenga una esposa sin mancha,
sin arruga, que sea fiel y tenga aceite en su lámpara ,siendo la sal y la luz
de este mundo y , principalmente, todo
se tiene que practicar en amor, nos tenemos que amar a través de Cristo.
Cuando la
Iglesia reemplaza esto va en busca de líderes bien capacitados
Pone todo el peso en un o en unos pocos
referentes; no llegan a entender a
Cristo, sino buscan motivadores expertos
en reuniones ,en encuentro, en retiros,
expertos en diversos temas, en charlas…
una generación de líderes bien formados, capacitados, llenos de intelecto, de
filosofías, sicología, estructuras… buenos
empresarios del evangelio para formar, para lograr que la Iglesia sea madura sea firme y esté llena de
Dios (en el mejor de los casos).
Ante la Palabra ,ante la Verdad ,vemos que el
crecimiento, la madurez no puede estar sujeta a un hombre o a unos pocos… sino
que tiene que ser el conjunto de la comunión ,el ser familia ,que se ayuda,
exhortándose unos a otros ,siempre en amor .Es importante entender a Cristo ,entender
la voluntad de nuestro Padre, entender lo que El quiere :una familia que se ayude ,que se llame,
que se cuide.
Si toda la carga recae en un sólo líder , no es el escenario que Dios marco para que la Palabra enseñada
de frutos….
Si como iglesia
no formamos el cuerpo de Cristo, si no funcionamos como cuerpo ,perdemos el
sentido total de todo: cómo funciona , como se ordena el mismo, como sabemos
que estamos en el buen camino.
Porque al mirar las Escrituras ,cuando en la Palabra dice , “…
cuando os reunís todos tienen para dar …” y “… que cada uno dé de lo
que tiene…” es porque así se forma el cuerpo de Cristo. Para que todos estén
edificados.
Eso ¿es algo
relativo o absoluto para nuestro tiempo?.... cuando escuchamos monólogo tras monólogo
en nuestros encuentros, retiros …¿estamos bíblicamente aprobados por la
Palabra?
Se entiende que,
a veces, hay que poner énfasis en un tema y un hermano puede enseñar, ministrar
sobre ese tema; ese no es el problema ….el problema surge cuando toda nuestra actividad ,en más del 99
% recae en una sola persona o unos pocos, y no en todo el conjunto de hermanos, compartiendo
doctrina mensajes de parte de Dios . ¿ Acaso es hoy imposible eso? si la palabra lo dice ¿es porque no se puede
realizar?¿ es porque estamos enfrascados en nuestras rutinas, en nuestras
formas? Debemos entender cuál es la voluntad de Dios …….
Ahora, para lograr que la iglesia funcione ,
debemos romper con nuestro pensamiento, con nuestra estructura ,con nuestra
teología y mirar a Cristo.
Como sabemos hay dones, ministerios, enseñanza, maestros,
hermanos idóneos que enseñan a otros.
Es lo que Cristo hizo: enseñar, mostrar la verdad…
Las enseñanzas son el material donde construimos nuestras vidas, donde edificamos nuestras vidas; nos ubican,
nos ponen donde tenemos que estar: como hermano, como hijo, como esposo, como
ser humano en esta sociedad. La palabra nos guía en todo momento, es el mapa
que jamás debe faltar y que tiene que abundar en nuestro corazón, siempre en la
verdad, sobre la roca que es Cristo.
No se puede solo enseñar sino hay que ser ejemplo
en todo
Pablo decía que como él anduvo y se mostró así
deberíamos de andar, “… porque yo miro a Cristo…”, el apelaba no tan sólo a sus
palabras, enseñanzas, sino apelaba a su forma, al ejemplo que él había mostrado en todo tiempo: a Cristo. Una
y otra vez el anima a que tengan un mismo pensamiento, a que tengan una misma
unidad, a que tomen la misma postura que tuvo Cristo que se humilló ….Pablo había entendido bien.
La
estructura de la Iglesia muchas veces ha ahogado la palabra de Dios:
Así como debemos ser buena tierra para dar
buenos frutos, así debe ser la
estructura de la Iglesia. Muchas veces ha ahogado y no deja que la palabra de Dios
crezca… hay como un techo, algo que ya
no se puede superar más… aunque entendemos que Dios tiene mucho más para darnos,
y pedimos, y rogamos y cantamos, buscamos más y más para que el Espíritu nos toque.
Muchas veces
hemos complicado, hemos “sofisticado” el Evangelio alegando modernizarlo . Haciéndolo
más agradable, más confortable. En un momento, entendimos que la reunión era todo, luego quedamos
atrapados en esa burbuja, y ahora nos cuesta ver claramente lo que Dios quiere,
cuál es su voluntad; la reunión es el
centro de las actividades: es donde nos relacionamos donde nos encontramos y
donde expresamos nuestra gratitud a Dios.
Ahora bien, no
está mal la reunión , no está mal juntarnos; pero muchas veces, así como una
vía de tren traza un camino y en ese
camino están las distintas estaciones ,así
,muchas veces, las reuniones marcan una forma de encontramos, de relacionarnos,
y marcan el tiempo- como las vías marcan las estaciones- en que nos encontramos;
y entonces no sabemos, no podemos desarrollarnos
sin esa estructura.
Cuando no puedo encontrarme con un hermano y no sé lo que le pasa a mi hermano no conozco a
mi hermano …quiere decir que esa estructura me aleja de lo que Cristo, de lo
que Dios marcó para su pueblo, su familia, sus hijos.
Aunque entendamos que tenemos que visitarnos,
que tenemos que encontrarnos, que tenemos que cuidarnos …si esa estructura, si
esas vías marcan el ritmo, marcan la frecuencia, no podemos pretender que los
hermanos, que la Iglesia, entienda y que madure y crezca a la medida de Cristo.
Las
estaciones son las reuniones son donde debemos bajar
No podemos parar
el tren en cualquier lado, entre estaciones, no está preparado para eso ,como tampoco los que viajan en el ….
entonces se debe esperar a la próxima estación …eso aleja a los viajeros de su destino.
De esa misma
manera , los hermanos aprenden sólo a “bajar en las estaciones” sin saber cómo
moverse fuera de ese esquema ….Ahora ¿podemos
pretender que un hermano o que los hermanos sean maduros si no saben moverse
fuera de esa estructura tan rígida y aprobada? Amarse unos a otros, el amor ,es la cúspide de
la perfección, debemos apuntar a que esto se desarrolle “entre estas
estaciones” las cuales no conforman el
“todo” del camino en si mismo…
Podemos entender
bien claro todo, podemos saber bien todo, pero… si creamos una vías, un carril
donde ir y una estaciones con “horario de salida y de llegada” nos atamos … No está mal el
orden, pero es riesgoso cuando lo que es relativo se vuelve absoluto; no
podemos pretender que nuestros jóvenes, nuestros hermanos, sin ser ayudados en
forma personal en esta carrera sean maduros, sean perfectos…
No podemos
enseñar si no “ven” como hacemos y como nos movemos… En una reunión no se
genera eso, sea en una casa, en local, en un salón, o donde quiera… por qué no está
lo que Cristo mostro y marco y que los primeros hermanos practicaron….
Cuando tenemos
este tipo de estructura ,tenemos una hora de comunión, o sea una hora de salida y de llegada…
tenemos un día o sea tenemos una estación especifica donde tenemos que bajar ;amén que
cuando hacemos todo eso no sentimos bien y terminamos entendiendo que esa es la única
forma de tener comunión ,entonces cumplimos ,sentimos que estamos bien… tomamos
el tren a tiempo, bajamos en las estaciones señaladas, a la hora señalada, y hay veces
que tomamos trenes rápidos, otros más lentos, otros paran en todas las estaciones y otros se pasan algunas ….
Pero…¿ cómo
puedo yo pretender que la iglesia se sienta familia ,se sienta parte unos de
otros cuando todo la estructura está marcada y principalmente todas las
actividades no pasan por los hogares sino por el salón o el local?¿ cómo puedo
pretender que sepan evangelizar ser buenos maridos, buenas esposas, ser hermanos maduros si no se ven? ¿ si sólo paran en un estación?
Como
todos sabemos una estación no es natural
No es lógico comer, vivir ahí …es un lugar de tránsito
es un lugar donde pasamos y venimos pero en donde no podemos comer, dormir,
compartir, hospedar … con el ruido y todo el movimiento sería imposible…no
posee la infraestructura necesaria!
Imposible reemplazar la natural vivencia de los hogares con
eso…..el encontrarse cara a cara y
ayudarse en todo, pudiendo comprender, entender a mi hermano, sufrir si él está sufriendo y alegrarme si él se está
alegre y compartir todo con un corazón agradecido por todo lo que nuestro Padre
provee a la familia ,que gozo!
La
humildad y la mansedumbre de Cristo:
La simpleza de amarnos, El mismo dijo : “…en
esto conocerán que son mis discípulos que se amaran unos a otros…” en esto
podemos conocer que somos discípulos, que estamos amándonos y que somos uno, así como nuestro Padre y Jesús
son uno .El mundo creerá que somos de Él. Entonces ¿porque nos cuesta entender que
solo a través de Cristo, de su forma
podremos edificar la iglesia crecer en todo y ser la luz y ser todo lo que
nuestro Padre espera que seamos…?
Todos
somos útiles:
Cuando tenemos
una estructura, donde las estaciones, las vías y donde tenemos un estructura
tan marcada, es de comprender que no todos se van a sentir parte, útiles …
Se van a sentir
pasajeros, cosa que pasa muy seguido en la iglesia: solo tienen que entran en
el tren, se sientan o se quedan parados y no participan en nada; sólo tienen que pagar el boleto y esperar a horario el
tren para no perderlo. Ahora el pasajero sabe que no es útil en toda esa
empresa, porque sólo eso ,un pasajero! no es el conductor ,no es el guarda , no
es el de seguridad, no es nadie en si!
sólo un simple pasajero y queda estático, sin compromiso y ,si ve que el tren está
bien ,se queda, sino, toma otro línea de tren( si piensa que así va llegar más rápido y
cómodo a destino) y así no tiene que
preocuparse por nada, solo en tomarlo y en asistir a la estación señalada! …
Es de entender eso y que se sienta así… entonces, se
debe apuntar a que todos los hermanos participen,
se involucren, que
entiendan que son todos importantes!, que no hay santos
de primera y de segunda, que todos tenemos
el mismo calificativo pero distinto dones, capacidades dadas por el Espíritu
Santo para la edificación del cuerpo de Cristo que es la cabeza.
Todos somos
sacerdotes capacitados por el Espíritu, todos somos templo de Él. Tenemos acceso
a nuestro Padre, todos podemos orar y El nos escucha… pero cuando una estructura se encuentra tan marcada, muchos hermanos no
entran en su correcta realidad. La palabra dice ¿no sabes que SOS templo?, hoy
no se sabe que somos templo, que somos sacerdotes, que tenemos toda autoridad y
que Cristo está con nosotros hasta el fin; que un hermano, hasta el más pequeño
tiene en su corazón a Cristo, tiene palabra, esta guiado por el Señor y
puede darnos de lo que tiene para que todos nos edifiquemos.
Esto se ve en la comunión de los santos hoy?...
Dios se
quiere manifestar en sus hijos en su familia:
No cabe duda que
cuando todo el cuerpo está junto se ama ,y pone su mirada en Cristo, en nuestro Padre hace temblar todo. El se mueve, nos acompaña ,se está agradando de
sus hijos, nos mira y ve que no tenemos nada de este mundo; que estamos
completamente en su reino, en su gobierno,
y que, como hijos obedientes, nos dejamos guiar ,amar… somos vasos
limpios :porque si estamos en luz y tenemos comunión unos con otros la sangre
de Cristo nos limpia de todo pecado….
No
podemos engañar al Espíritu Santo:
Cuando los
primeros hermanos vendían sus
propiedades y entregaban todo a los apóstoles un matrimonio quiso engañar y
decir que vendió a tal precio cuando en realidad era otro el precio…
En ese momento
murieron, perdieron la vida por mentir, por querer demostrar una cosa pero en
realidad era otra. A simple vista ellos
habían vendido sus propiedades, todos
habrán dicho: “..qué bien! están haciendo y perseverando en la doctrina de los apóstoles!...!pero
era otra la realidad, era otro el compromiso .Tenemos que pensar hoy, cuando se habla del señorío y de entregar todo, y de que Cristo sea todo 100 %.... no
podemos engañar al Espíritu Santo . A simple vista nos calificamos bien ,nos
ponemos hasta contentos, nos sentimos bien …y si la reunión estuvo buena mejor! En realidad, y profundizando en este aspecto…
tanto hablamos del señorío, de que Cristo es el Señor,
realmente, ¿estamos totalmente “en el escenario” como iglesia, donde
nuestro Padre estableció y decretó y donde él quiere que su hijos anden y se
muestren?¿acaso no nos quedamos “con un vuelto”, no nos quedamos “con nuestra forma” con “nuestra
sugerencia” con “nuestra manera”?. Ahora bien, podemos mentirnos a nosotros, decir :
“…el Señor mira los corazones …”pero , no olvidemos que el Espíritu, que lo
sondea todo, sabe que no estamos a los pies de nuestro Padre diciendo : “todo
lo que Tu mandes yo haré, no quiero nada
de mis pensamientos sino solo lo que a ti te agrada” ….
Pretendemos que
el Señor nos acompañe con señales, milagros, que tiemble el lugar, que todos
vean …Pablo decía y se defendía diciendo “… con señales y prodigios…” ¿cómo nos
defendemos nosotros? Pablo decía que “…el reino de los cielos no es palabra,
sino poder …”¿ qué tenemos en nuestras manos?:¿ un discipulado?¿ una iglesia
pulida? ¿ todo en orden? Pero…¿ en qué orden? ¿en el nuestro o en el de nuestro
Padre? Acaso si estamos en su voluntad ,en el señorío de nuestro Amado ¿no se
mostraría “con todo” en nosotros?¿ no veríamos contantemente su mano, su
presencia a fuego en nosotros? ¿su santidad no sería como la iglesia primitiva
donde el Señor estaba contantemente moviéndose
en todo momento?…
Cuando Pedro y Juan
entraban al pórtico de Salomón, un paralitico le pidió una limosna, y ellos le dijeron
“…no tenemos ni oro ni plata, pero lo que tenemos te damos ...”y el paralitico se sanó. Nosotros¿ que tenemos hoy? ¿que tenemos
realmente? ¿ que podríamos dar a ese paralitico hoy? ¿una reunión?¿ un
discipulado? Es importante eso, sin dudas! Pero… realmente tenemos palabras y
no el poder de nuestro Padre….. El nos quiere acompañar con señales, con
prodigios, El ya ordeno eso, debemos creer y tomar todo lo que el Señor quiere,
dejar de lado todo lo que no es de El….
En vano
trabajamos si Dios no edifica la casa
Qué difícil es
entender y comprender cuando no está en
nuestro corazones LA revelación de la
Palabra de Cristo! Comprendemos que sin El no podemos hacer nada…. si no
tomamos su yugo, si no edificamos como él quiere sin el trabajamos en vano y no
llevamos frutos verdadero nos calificamos por cuestiones simples por que la
reunión estuvo buena porque el retiro estuvo bueno porque los hermanos asisten
a todos los encuentro por que se
aprendieron la lecciones ahora así es como debemos ver como la palabra marca en
todo el nuevo testamento acaso Cristo está APROBANDO
vernos escuchamos como el nos está viendo tenemos sensibilidad para
escucharlo y entender lo que nos dice como familia como cuerpo acoso como
cuerpo no es lógico que nos moviéramos como quiere la cabeza nosotros no podemos movernos como queremos
nosotros tenemos que movernos como la cabeza que es Cristo es lógico pensar eso
es lógico que si nos movemos como nosotros queremos todo el cuerpo sufra se lastime se enferme por no caminar en donde
la cabeza que mira sabe el camino ve y entiendo nosotros no entendemos no
comprendemos solo tenemos que escuchar y realizar hacer esa es nuestra función
ahora lo estamos asiendo o tenemos nuestros pensamientos y nuestra propia
manera .
Es claro que
cuando vemos a todo el cuerpo a la familia vemos que muchos padecen por que la
iglesia es una no solo un grupo demonicional sino tenemos esa identidad también
fracasamos y no estamos entendiendo a Cristo a nuestro padre en lo que el
marco……
Para lograr su
propósito, debemos tomar todos los ingredientes; debemos romper con tradiciones,
con sectarismo, con nuestro orgullo, debemos comprender que para lograr eso
debemos andar como El anduvo ,movernos como El sino jamás lograremos nada;
seremos híbridos que no tienen y no
pueden dejar vida ,sino una generación estéril donde abunda el pragmatismo,
donde la iglesia es más una empresa que una familia.
Muchos hablan de
lograr ese propósito: que los hermanos tienen que estar bien acoyuntados, bien concertados; pero lo
dicho se sitúa en un contexto , tal como lo refiere Pablo cuando dice “… que
puso apóstoles ,evangelistas, profetas ,
pastores y maestros…” entonces si enfatizamos la primer premisa debemos también
fortalecer la segunda idea para lograr dicha finalidad, entonces en nuestros días
¿ donde están los profetas, donde están los evangelistas, los maestros? Acaso¿ no faltan algunos
ingredientes cuando en nuestros iglesias solo tenemos un es pastor o dos…? ¿eso es realmente lo que
la Palabra marca?¿ acaso no había muchos ancianos en cada lugar donde se
establecía la iglesia…? Debemos tener en cuenta que Dios no va a reemplazar algo que El ya ha marcado y que los hombres ,por tener mejores ideas, no
ponen en práctica….
Por otra parte, los ancianos actuales ¿son estimados
doblemente por enseñar y predicar? ¿cuántos son los que enseñan y evangelizan? …. hablamos mucho de lo que la iglesia tiene
que ser de lo que los hermanos tienen que ser ,pero tenemos que entender que
Dios quiere que todo esté en orden.
No es posible que los
que presiden la iglesia, hayan dejado en
segundo plano la predicación de la Palabra,
que no se tenga esta dimensión de la
vida cristiana como premura…
La evangelización
no está entonces marcada como fuego;
como decía Pablo “… ay de mi si no predico…” ¿ acaso no es lo que Dios quiere para su iglesia? la falta total
de evangelizar no tan solo corrompe el propósito de Dios sino que también
provoca que no llevemos a otros a ese
propósito…
Es gravísimo que
todavía no se entienda esto y que se pretenda con una predica o una enseñanza esporádica ,(de algún hermano que tal vez no predica, no evangeliza
constantemente) convencer a la iglesia que hay que evangelizar; la predicación de buenas nuevas tiene que ser
constante en los que dirigen ,en sus apóstoles. En la Palabra se ve claramente
que los apóstoles vivían y se movían para evangelizar, para llevar la Palabra a
donde el Espíritu le marcara…¿ acaso hoy es distinto ,acaso el Espíritu cambió?
¿Dios cambió?¿ piensa diferente?¿ tiene otro plan para sus dirigentes?....
Recordemos la decisión
tomada por Pedro cuando los apóstoles mismos se encargaban
de servir a las mesas, tuvieron que designar a otros servidores para poder ellos mismos continuar con la enseñanza
y la evangelización….. me pregunto ¿ por qué pensaron de esta manera?¿ no será porque
Cristo mismo les dijo “…vayan a todos
las naciones y sean testigos… hagan discípulos? ¿Acaso esas palabras no corren
hoy en nuestros días…?¿ Acaso solo son discipulos los que están en nuestras
congregaciones y estamos tan abocados a ellos que nos olvidamos de todo el
resto? ¿Acaso es así como el Señor quiere que nos movamos?... debemos entender
que muchas veces con la estructura actual de la iglesia se corrompe el
propósito de Dios, por que se usan esos recursos escasos, esos “pocos
ingredientes” en un área en la que
tendríamos que tener muchos más ….un solo
pastor para muchísimos hermanos ..
¿ Eso es lo que está
marcado en la Palabra? ¿Acaso Pedro cuando dice “…yo aciano también con ustedes…” no está
hablando de muchos hermanos que tenían ese ministerio dado por el Señor o impuesto
por las manos de los apóstoles?.... sin hacer alusión aquí a los evangelista …
Pero tenemos que
comprender y orar, rogar… los dones están… no se trata de una carencia de dones….
están ahí….. pero si los hermanos que
tienen estos dones están inmóviles, si están “atados a una silla”, si son
tomados como “cristianos de segunda” donde inconscientemente se los trata como “laicos”….haciendo,
seguramente sin intención, una
separación de “sacerdotes y laicos”…
Lo vemos,
entonces, como si no estuviese capacitado… y ponemos miles de “excusas”…
miramos como “los hombres” y no como Dios ,nuestro Padre ,mira y quiere que
vivamos .Es frecuente ver el terrible desgaste de querer levantar una pared y
que ésta se caiga …es terrible ver como no hay “diques de contención” donde
toda la bendición de nuestro Padre sea guardada, cuidada, protegida ;los “diques”
sólo pueden formarse por hombres maduros, completos perfectos, que son los que
guardan la revelación, guardan toda la bendición y saben cómo administrarla…
pero si esos diquen están rotos … la iglesia
padece …
Si no están
estos hombres, que son los que son las columnas,¿ la iglesia puede ser madura?¿
puede el Señor derramar de su Espíritu si no hay hermanos que puedan ser
vasijas contenedoras? ¿Acoso no se irá toda esa agua por nuestras rajaduras…
nuestra falta de consistencia para detener las cosas de este mundo?, entonces creemos ,predicamos, exigimos que todo estén maduros , ¿pero es por falta de señorío acaso?¿ es porque los hermanos no entienden
bien?¿ es porque falta más el Espíritu Santo? Debemos entender cuál es la
voluntad de nuestro Padre, debemos creer a nuestro Señor, no responsabilizar de
todo a los hermanos, sino ver que tiene que encontrarse en la iglesia todo lo
que Cristo enseño y mostro con su vida, para que crezcamos y podamos vivir esta vida en abundancia y no
en escases …
Si no hay mas “pablos” “ pedros” “ ivanes” ¿podremos
lograr el propósito de Dios en nuestra vidas?¿no estaremos queriendo decirle a
Dios como tienen que ser las cosas? ¿ quiénes somos para darle un consejo a
Dios?...
Que nuestro corazón entienda que si no ponemos todo lo que El señor quiere
jamás podremos lograr lo que el mismo nos pide…. porque solo hay un camino para
llegar al Padre y es: Cristo.
Debemos mantenernos
unidos…cuidándonos de nosotros mismos…. amarnos…y, sobre todo, mantenernos en
la sana doctrina….estaré exagerando?? Más allá de los aspectos exteriores, es
amarnos unos a otros y tener un mismo sentir…tener la misma postura que tuvo Cristo Jesús….Podemos
tener todo bien claro… podemos leer bien toda la revelación dada y entenderla…
pero si las estructuras lo ahogan todo, es imposible que haya fruto permanente…
sólo flashes que cada vez se van apagando mas y mas……acaso todavía no
entendimos que un poco de levadura leuda toda la masa sea para bendición o para
maldición?? Tenemos que repetir las mismas cosas hoy?? …seguiremos siendo duros
y no escuchar lo que el Señor nos dice hoy?? Si nos mantenemos aislados unos de
otros es imposible que el Señor pueda cumplir su ministerio en
nosotros….necesitamos del cuerpo, de todo la Iglesia de Cristo, que su Espíritu
nos guie en todo momento; que el Señor sea, en toda su familia, (si es que
todavía creemos que tenemos que ser una familia de muchos hijos parecidos a
nuestro amado y Señor Jesucristo)……
martes, 7 de agosto de 2012
“Si Se Convirtieren De Sus Malos Caminos” Ivan Baker
Meditación de Ivan M. Baker 30/10/99
(Transcripción del audio “Hagamos la Lista”)
reunión que tuvimos anoche con Alex, Hugo y otros hermanos, donde volvimos a reiterar el
llamado de Dios en esta hora. Esto Dios lo registró en 2 Crónicas 7:14, en donde hay cuatro
cosas que creo que nos dice en cuanto a la Renovación:
"si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi
rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos,
perdonaré sus pecados y sanaré su tierra." (2º Crónicas 7.14, RVA)
“El señor se ha apartado de su pueblo por EL PECADO”. Anoche avivamos las palabras del
Señor en nuestro espíritu como algo urgente, indispensable. No las podemos soslayar,
esquivar, las tenemos que enfrentar. Y enfrentar con todo nuestro corazón, con todas
nuestras fuerzas, con toda nuestra alma.
Es importante descubrir como este pensamiento viene de parte de Dios a nosotros, el de
apartarnos de nuestros malos caminos, ya que es posible que pensemos que NO TENEMOS
MALOS CAMINOS. Es posible que pensemos que andamos bien cuando andamos mal. Es
posible que nuestra vista no alcance a entender el llamado del Señor y la santidad. Quizá no
entendemos la cruz, quizá no entendemos el yugo de Cristo. Quizá no entendemos que
debemos apartarnos de toda contaminación de carne y espíritu. Quizá nunca llegó a nuestro
corazón el hecho de que Cristo se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Quizá nunca nos ha
amanecido que la conversión es santificación, consagración.
En las nuevas corrientes llamadas cristianas pareciera que la santificación es una opción,
donde yo puedo optar por ser santo y puedo optar por ser menos santo. Y este es el gran
error de las así llamadas denominaciones cristianas de hoy, que no entienden que la
consagración es parte de la conversión, que la conversión es consagración y si no hay
consagración no hay conversión.
Esto es muy importante entenderlo porque la única tierra que va a llevar fruto para Dios, los
únicos discípulos que van a ser aceptos al Señor, son los que limpiaron sus vidas de toda
piedra, de toda maleza y espina, y han cultivado su tierra en el temor de Dios.
El justo que ha hecho todo esto y lo entiende, con dificultad se salva. ¿Cómo “con
dificultad”? ¿No es amplia la salvación? Sí, pero el justo se salva orando, se salva velando, se
salva consagrándose continuamente, apartándose completamente de toda contaminación
de carne y espíritu, apartándose del mundo, no permitiendo que las delicias del mundo, los
deleites del mundo, los sueños del mundo, los objetivos del mundo, los dictámenes del
mundo, el criterio del mundo, ni roce su corazón ni llegue cerca de su mente, porque ha
sido santificado, ha sido lavado, ha sido trasladado del reino de las tinieblas al reino del
amado Hijo de Dios.
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Por lo tanto la consagración es indispensable, no un mero fruto de la vida cristiana. Es la
base de la vida cristiana, es el fundamento sobre el cual Dios desarrolla nuestras vidas y
cuando hemos entendido esto, estamos en la vid legítimamente y no seremos cortados sino
limpiados. La comprensión mínima de esto dará lugar al crecimiento y esto a su vez dará
lugar a mayor santidad, y mayor santidad dará lugar a una vida que es formada a la imagen
de Cristo.
Esto es retratado en Hebreos, al final del capítulo 5 y comienzo del capítulo 6. Aquí vemos
que Dios no admite en la iglesia a uno que siendo niño se mantiene siendo niño. Muy fuerte
viene la amonestación de Dios sobre los que se mantienen en infancia espiritual, sobre los
que son cumplidores de eventos, de reuniones en las cuales se gozan levantando la mano y
haciendo ademanes de adoración y alabanza, no entendiendo ni siquiera el principio de la
adoración y la alabanza, con el mundo en sus corazones, con deseo de que termine pronto
el sermón porque quieren irse a casa, quieren encender el televisor, quieren ocuparse de lo
que más les interesa, tienen otros intereses y no el reino de Dios, y pasa el tiempo y Dios
tiene misericordia pero no crecen, Dios sigue esperando pero no crecen, no sacan las
piedras, no se santifican para ser siervos de Dios. No entendieron el llamado de Cristo.
"Pero las cosas que para mí eran ganancia, las he considerado pérdida a causa de
Cristo. Y aun más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo
incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido
todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo" (Filipenses 3:7-8 RVA)
Pablo aquí no dice “algunas cosas” sino”todas las cosas”. Muchos no entienden que este
llamado del Señor es el único y normal; no es el llamado a un apóstol, es el llamado que
Dios hace a todo hombre con el fin de seguir a Cristo para ser salvo, para ser participante
de las glorias celestiales, para ser un hijo de Dios, para ser un redimido por la sangre del
Hijo de Dios.
En Romanos 6:22 Pablo dice “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos
siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”. Es decir,
la santificación es el fruto de haber sido libertados del pecado. Y bien vale la pregunta: ¿Y, si
no hay fruto que puedo esperar? Cristo dice en Juan 15:2 que todo pámpano que en El no
lleva fruto el Padre lo quitará. En Lucas 3:9 dice "También el hacha ya está puesta a la raíz
de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego."
¿A qué fruto se refiere? ‐ La santificación. ¿Qué es la santificación? ‐El apartarse, el no tocar
lo inmundo, el correr a los brazos del Señor, el ser contenidos en la mente y el espíritu de
Cristo y no más en la mente de la carne. Santificación es tener un corazón nuevo y un
espíritu nuevo; es haber sido despojados del corazón de piedra y recibido de Dios uno
nuevo de carne. El corazón de piedra es el que corre detrás del mundo; el corazón de carne
es el que es sensible a la presencia de Dios, se santifica en la presencia de Dios, crece en la
gracia y en el conocimiento del Señor, crece en la separación con el mundo, crece en la
anulación de sus propios criterios para aceptar los criterios de Dios.
Santificación es tener una vida no mezclada, no contaminada. Es Cristo nuestra esperanza
de gloria y “ya no vivo yo si no Cristo vive en mi”. Esto no es una sugerencia si no una
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condición. Y el justo tiene dificultad y solo gana la batalla orando, confesando, procurando
ayuda, limpiándose continuamente, lavándose en la palabra, limpiando su conciencia de
malas obras, creciendo en la obra del Señor, siempre creciendo en la santidad, creciendo
en la comunión con Dios.
Esta es la única forma en que tenemos seguridad de salvación. No hay otra forma, no hay
otro camino, no hay otra propuesta. Las condiciones las pone Dios y esto es muy
importante. Yo no hago un pacto unilateral, sino que acepto la condición del Reino de Dios,
de renunciar a mi mismo para aceptar la mente de Cristo, de recibir el espíritu de Cristo y la
vida de Cristo en mí. “Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi”. Este es un principio
fundamental para ser aceptado.
Si alguno persigue otros intereses aparte de los del Señor, si alguien posee aspiraciones muy
fuertes que contradicen la vida espiritual, no ha muerto realmente, no se ha ofrecido como
sacrificio vivo, no se ha presentado a Dios como ofrenda. Y si los que efectivamente se
presentaron como ofrenda y santificaron sus vidas y viven continuamente velando y orando
y buscando la santidad, con dificultad se salvan, ¿dónde aparecerá el impío y el pecador? (1
Ped 4:18) ¿Adónde irá a parar el que voluntariamente se inclina hacia el mundo, el que
pretende hacer más ancha la puerta angosta porque tiene apetitos carnales, porque Cristo
no es su gloria, Cristo no es su motivo único, porque su vida no es Cristo?
Un poco de Cristo y mucho de mí mismo; un poco de Su voluntad y mucho de la mía; un
poco de santidad y mucho de mundo y carne. Mente carnal, palabras carnales, conceptos
carnales, decisiones carnales, oprobio y engaño. ¡Convirtámonos de nuestros malos
caminos!
Esto que estamos diciendo no es para darlo desde el púlpito. No es la predicación de la
santidad lo que va a convencer a la iglesia, sino la levadura de santidad leudará toda la
masa. No necesitamos más sermones sobre la santidad. Necesitamos que se levante un
pueblo pequeño, (no pensemos que va a ser muy grande), pero en algún lugar se van a unir
dos, en algún lugar van a haber dos o tres que le entiendan al Señor; en algún lugar se va a
producir la maravilla de la vida, el resurgimiento del Reino de Dios, en algún rincón cuatro o
cinco se van a juntar para orar. No para imponer a Dios sus planes y propósitos sino para
buscar a Dios y para entregarse a los propósitos y planes del Señor.
Vidas sensibles a la palabra de Dios y al Espíritu Santo. Vidas que arden para ver la iglesia
limpia. Arden para ver a Dios glorificado. Arden para que la palabra vuelva a ser la única
regla de fe. Hombres que se ponen sin programas, sin apetitos personales a buscar a Dios y
a entregarse a Dios, a vivir en la presencia de Dios, a conocer a Dios, a desear
profundamente sus palabras y sus dichos. Conocer su santidad, conocer su grandeza, su
amor infinito.
Su paciencia es para que seamos santos y sin mancha delante de Dios. Su paciencia infinita y
grandiosa es para los que de corazón resuelto limpian su camino. Entonces busquémonos
unos a otros para orar juntos, para entregarnos a Dios como instrumentos no solitarios,
sino juntos, pongámonos de acuerdo para orar. Los que esto desean, escudriñan la palabra,
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no dan por sentada ninguna cosa, revisan todo de nuevo y cada día encienden las lámparas
ya que sin santidad nadie verá al Señor (Heb. 12:14).
Ser usados por Dios como una pequeña minoría, como una pequeña piedrita, una pequeña
porción de levadura, un grano de mostaza que tiene vida, la semilla más pequeña pero
adentro hay un árbol, hay vida, toda ella es una semilla de mostaza, no está contaminada no
está rota, está entera, lista para caer en tierra y morir. Los que quieren ser usados por Dios
tienen que morir: “si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo pero si muere
lleva mucho fruto” y esa pequeña lucecita va a empezar a alumbrar en el lugar oscuro de la
noche de la iglesia y del mundo.
La luz va a ser clara. No va a surgir un movimiento de hombres sino de Dios. No va a venir de
la opulencia de una atracción mundana, de reuniones magistrales, sino que habrá un
aposento alto en el que los hermanos oran y se identifican con el crucificado, con el
despreciado, sabiendo que ellos también son despreciados y parte de la cruz, de la sangre,
del rechazo del mundo. El mundo los odia y en cualquier momento llaman a la puerta los
soldados romanos para llevar a los discípulos al patíbulo. Había un vínculo extraordinario
entre esos hombres que los unía. No solamente era la fe de Cristo, apabullados por los
acontecimientos que no podían todavía entender, porque en sus mentes no habían
comprendido hasta más tarde, cual era el camino del Señor. No entendían bien el porqué de
la cruz, el porqué de la muerte, de la resurrección y de la ascensión a los cielos. Todo esto
los había sorprendido porque pensaban que el Señor estaría por un tiempo prolongado con
ellos. Ahora debían esperar al Espíritu Santo. Y así como cayó sobre ellos, cae sobre los dos
o tres que se juntan para hacer esta obra. Dios no negará su Espíritu a los que quieren
consagrarse a El y vivir conforme a su voluntad. Dios va a tornar su rostro hacia los que
quieren santidad, los que quieren poner su vida en sacrificio, como olor grato a El, para que
la salvación nos venga en plenitud, para que nosotros también presentemos nuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios.
Necesitamos una atmósfera espiritual que nos ayude, un espíritu divino que nos guíe,
necesitamos ser entregados totalmente al Señor, necesitamos poner el reino de Dios
primero en nuestra vida antes que ninguna otra cosa, antes que esposo, esposa, hijo o hija,
volver a las condiciones, volver al evangelio verdadero, volver al llamado del Señor.
• Lucas 14:25‐33
• Marcos 8:34‐35
• Hebreos 10:26
• Hebreos 5:11‐14
• Hebreos 6:1‐8
• Juan 15:1‐12
• Romanos 11:22‐23
• Filipenses 3:7‐16
Necesitamos identificarnos con quienes somos. Necesitamos un lugar donde orar,
necesitamos una consigna, unirnos para la gloria de Dios. Todos los pastores debieran estar
en esa oración, ¿Quién nos convoca? ¿Quién convoca a esta oración? ‐Dios. ¿Cuántos
enemigos habrá que levante el diablo contra este incentivo, esta decisión? Habrá muchos
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adversarios entre hombres y demonios, pero los que estamos en acuerdo, unidos en espíritu
para ejecutarlo, tenemos que tener fuerzas para saber que vienen enemigos como un río
pero en Dios levantaremos bandera. A los primeros que habría que convocar es a los
pastores. Los pastores deben entender la urgencia del momento, la desesperada necesidad
de esto; deben salir de sus programas para meterse de lleno en la oración intercesora,
consagrando sus vidas de nuevo, reorientándose en Dios, bebiendo de nuevo hasta lo
profundo la palabra del Señor; caducando en todo plan, todo arreglo, todo programa y
metiéndose detrás de la oración y del Espíritu Santo; consagrándose enteramente a buscar a
Dios en esta hora y a recibir revelación de Dios, confirmación de Dios, fuerza de Dios, unción
del Espíritu, claridad, luz, lámpara, aceite, mecha despabilada, ojos abiertos de vírgenes
prudentes. A no ser que esto sea el incentivo de hoy, la pasión de hoy, el programa de hoy,
la meta de hoy, será difícil entonces que haya esperanza para este mover.
Una vez con Jorge estuvimos tratando de encender un fuego con leña húmeda y mojada.
Estuvimos trabajando con más o menos unos siete hermanos hasta que todos ellos
abandonaron la posibilidad y se fueron. Pero Jorge y yo nos quedamos ahí, todavía
encendiendo fósforos, a pesar de que ya nos quedaban solo unos pocos. Llegó un momento
en el que ya había empecinamiento de parte nuestra. Ya no nos movíamos hasta que el
fuego se encendiera. Había una especie de terquedad. Decíamos “no puede ser que nos
gane la humedad. ¡Vamos encender este fuego!”. Yo al principio estaba flojo, me quedé
porque Jorge se quedó, pero después pensé en animarme y de repente, la primer llamita
que salió de un tallo, de una ramita muy pequeña, de muy poco diámetro, apenas quizá
unos tres milímetros, que se secó de tantos fósforos que habíamos encendido. Así salió la
primera llama, de más o menos cinco centímetros de altura, insignificante. Pero arrimamos
una o dos ramitas y enseguida cedieron a ella. Y cuando tuvimos una llama de unos veinte
centímetros comenzamos a agregar madera más gruesa y más gruesa hasta que al final
teníamos un fuego que rugía tanto que había que apartarse a tres metros porque era mucho
el calor. Pusimos troncos, troncos grandes, y logramos un fuego que atraía la atención de
todos por la luz y el calor que de él salían. De la nada a la superabundancia de luz y de
fuego.
Nunca nos vamos a olvidar de aquel acontecimiento, de esa lección que Dios nos mostró.
Una lección que viene bien para hoy. ¿Dónde está la ramita? ¿Dónde está la otra ramita que
se va a unir a esta? ¿Dónde están los fósforos? ¿Dónde está la intención que no declina
frente a los problemas? ¿Dónde está la insistencia? ¿Quiénes van a prevalecer en esta hora?
¿Quiénes van a luchar hasta que el fuego arda? ¿Quiénes van a poner sus vidas
exclusivamente a los pies de Jesús para lo que El quiere, para que su Espíritu lo haga con el
fin de que El sea glorificado y todo sea para El? ¿Quiénes van a a hacer esto?
Siempre estamos mezclándonos un poquito con alguna cosa nuestra, con una gloria nuestra.
Aquí se trata de la gloria del Señor y no la nuestra. Se trata de obedecer lo que Dios quiere
para que legítimamente arda la hoguera de Dios, se encienda el candil divino y las lámparas
de las vírgenes prudentes sean encendidas. Que haya abundancia de aceite, los ojos estén
abiertos y la iglesia esté preparada para la venida próxima del Señor.
Levantémonos para edificar, hagamos la lista, unámonos en oración, hagamos arder el
fuego de Dios. Dios está con nosotros. ¡A El sea la Gloria!. Esto requiere de nosotros un
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compromiso férreo con la oración prevaleciente de los santos por la marcha del Reino de
Dios, por la santificación de la Iglesia. Un clamor constante por luz para guiar los pasos de
los santos. Y nuestra oración no debe ser para que un grupo selecto, se levante sino para
que Dios bendiga a todo su pueblo, a toda su obra.
Si leemos bien la palabra, vemos que es el Señor quien edifica su iglesia en la última hora y
debemos tener confianza que el cumplirá lo que prometió. “Yo edificaré mi Iglesia y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. ¡NO PREVALECERÁN! La victoria es de
Cristo, la victoria es nuestra en el Señor. Dios quiera que se inicie un pequeño grupo con
fuego espiritual que encienda muchos grupos de oración, no con el particular deseo de que
se cumpla nuestra voluntad como nosotros la vemos sino que se busque de todo corazón la
soberana voluntad de Dios. No pensando en una circunstancia determinada que nos
interesa a nosotros, sino la gran circunstancia de la necesidad de que el pueblo de Dios se
encienda hoy con el poder del Espíritu y con el esclarecimiento meridiano de la palabra.
Que este grupo esté emancipado de todo sectarismo. A veces, los grupos de oración son
grupos de guerra propia; son grupos para cumplir el mezquino propósito de alguna persona
o varias personas, o de un grupo determinado. Oremos para que Dios nos convoque.
Oremos para que Dios dé la dimensión, oremos para encender toda la casa de Dios con la
oración. Oremos para que se cumpla el propósito de Dios. Lo que buscaremos sobre todas
las cosas será su voluntad, la guía de su Espíritu, la amplitud de su Espíritu, la profundidad
de su Espíritu. Conocer a Dios y encender la iglesia. Si bien seremos responsables de la parte
que está en nuestras manos, sin embargo nunca dejaremos de desear la bendición de todos
los santos. Y el que se arrima a Dios, encontrará un Dios que ve toda la iglesia. El mira desde
su trono alto y sublime a todos los santos.
Cuando El dice: “¿Quién irá por nosotros, a quién enviaré”? Es Dios buscando obreros para
su obra, para su Reino y su gloria. ¿Qué extensión tiene eso? –Toda la que Dios quiera darle.
Si bien es verdad que Dios generalmente trabaja en pequeños grupos, pero ahí solo
empieza. El propósito es llenar la iglesia, toda la iglesia, avivar su pueblo, bendecir su reino
sobre la tierra, santificar su iglesia, el cuerpo de Cristo, que no tiene barreras,
denominaciones, ni paredes, es lo que está en el corazón de nuestro Padre. Debo decir, si
bien es verdad que quizás a través de su mediación Dios bendiga una parte, pero tu oración
será para el todo, para los santos redimidos de Dios en todo lugar.
Pongámonos a trabajar. No sabemos qué hacer, pero deseo que a los que oímos esta
palabra nos pase lo que le pasó a los judíos, en el tiempo cuando hablaba Malaquías al
pueblo (Mal 3:16). Muchos no oyeron, pero algunos que temían a Jehová, hablaron cada
uno con su compañero. Usando esta misma palabra, y entendiendo el corazón de Dios, los
que tememos al Señor debemos hablar cada uno con nuestro compañero a fin de orar y
ponernos de acuerdo para clamar por el pueblo de Dios.
Nos toca particularmente este mover del Espíritu que Dios comenzó años atrás. Nos separó,
pero para formarnos, para santificarnos, para darnos las lecciones que El necesitaba dar, y
una vez preparados, una vez santificados e iluminados enviarnos como un fermento santo
entre las denominaciones, a las corrientes cristianas del mundo para avivar a todo su
pueblo. Oremos para esto. Particularmente nos toca en responsabilidad personal a cada uno
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de nosotros este mover del Espíritu. Y aunque abarcaremos en nuestras oraciones todo,
estaremos también atentos a cualquier indicación que El nos dé en cuanto a este mover de
Dios en el cual estamos comprometidos. ¿Amén? Hagámoslo en fe, en obediencia, con
constancia, CON CONSTANCIA. No como quien se miró al espejo y después se fue y se
olvidó. Sino que la actitud que nos asista sea la de permanecer, la de prevalecer. Dios
necesita la oración que prevalece. Hay fe de que Dios está oyendo, hay fe de que Dios va a
responder conforme a sus promesas y esa fe nos lleva a confiar y a prevalecer en oración.
Escuchemos la amonestación de Santiago 1:6, “pero pida con fe, no dudando nada, porque
el que duda es semejante a la onda del mar que es arrastrada por el viento y echada de una
parte a otra. No piense, pues, quien tal haga que recibirá cosa alguna del Señor”. La primera
seguridad que tenemos es que esto está instruido por el Espíritu Santo. Dios manda que
oremos. Si oramos conforme a su voluntad, sabemos que tenemos la petición que le
hubiéramos pedido, y que si siendo nosotros malos damos buenas dadivas a nuestros hijos,
cuánto más nuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo, dará buenas cosas, dará triunfos,
dará frutos espirituales y responderá a la oración de los que se lo piden. Y si pedimos algo
conforme a su voluntad, dice la palabra que El nos oye. Y si nos oye, sabemos que tenemos
las peticiones que hicimos. ¡Dios lo hará!
Nunca vino en la historia una santificación de la Iglesia sin oración. El pivote de todo
movimiento espiritual de la iglesia a través de todos sus siclos, fue la oración. Siempre hubo
en la base de todo movimiento algunos que se reunieron para orar. Quizá fue uno que
oraba, y luego otros se unieron, pero había oración prevaleciente. Oración que santificaba a
los que oraban. Y a medida que oraban, iban aprendiendo de Dios y tomando fuerza en el
Espíritu y siendo bendecidos, transformados, fortalecidos, hasta que la llama ardió y el
Espíritu Santo vino con su preciosísima obra avivando a la iglesia, santificando a los santos.
Y miles y miles se convertían como resultado de esto. Siempre todo comienza cuando uno o
dos determinan unirse para orar.
El movimiento en Casanova (1962‐1965) comenzó de esta mismísima manera. Ayuno y
oración eran las condiciones fundamentales para la convocación. El día viernes era día de
ayuno y oración y en la oración estábamos diciéndole al Señor “Sin Ti nada podemos hacer”.
¿Qué hizo Dios? –Respondió con fuego celestial, con bendición de muchos corazones, con la
apertura de la palabra y la revelación de cosas que nunca habíamos entendido. ¡Oh! ¡Qué
bendición! Necesitamos renovar esos tiempos de oración, ese clamor en la presencia de
Dios. ¡Hagámoslo! Seamos persistentes, perseverantes. Hagámoslo con fe, sin dudar.
Ciertamente no será en vano buscar al Señor. Dios nos va a responder mucho más
abundantemente de lo que pedimos y entendemos. ¡A El sea gloria en la iglesia por los
siglos de los siglos en todas las edades! ¡Amén!
Extraído del link :
http://haciendodiscipulos.com.ar/escritos/imb/Hagamos%20la%20Lista.pdf
lunes, 16 de julio de 2012
lunes, 18 de junio de 2012
RELACIONADOS EN EL AMOR IVAN BAKER
RELACIONADOS EN EL AMOR
IVAN BAKER
Hace aproximadamente un año comencé a formar un grupo de discípulos en mi casa. Hice
arreglos con mi hijo Alex para que llevara el grupo que él lideraba a otra casa, y así comencé.
Quedaron unas doce hermanas que hace años están en casa, y dos varones.
Razones para formar el grupo:
Renovar mi contacto directo en ganar y formar discípulos. Notaba que mi ministerio
iba poco a poco inspirándose en experiencias pasadas. Necesitaba volver al surco con
todas las implicaciones.
Además, me di cuenta que la iglesia necesita modelos. Entendí que necesito ser
modelo, siempre, de todo lo que pretendo que otros sean, hagan y enseñen. Cuando
Jorge predicó sobre esto en un retiro hace unos tres años entendí que venía del Señor.
Me impactó. Es lo más fuerte, lo que más impacta. Es lo único que realmente hace
convincente nuestro ministerio. Digo con Jorge que necesitamos modelos de
matrimonios, padres, hijos, familias, trabajadores, ministerios y grupos de discipulado
en los hogares. (O iglesias en las casas).
Dios nos ha prosperado y ya hay un grupo de 10 varones y algunas mujeres más. La mayoría
apunta bien.
En noviembre pasado entendimos que había llegado el tiempo de relacionarlos para ir
formándolos como cuerpo. Ahora entendemos que ésta es una de las funciones más
importante del ministerio. Quizá la más importante.
Así que durante el mes de noviembre oramos y procuramos la guía y la sabiduría de Dios.
Iniciamos el primer viernes de noviembre con una vigilia y continuamos cada viernes orando
juntos y esperando alguna indicación o revelación del Señor.
Nada notable pasó hasta el último viernes. Allí sentimos que teníamos que concentrarnos en
la última frase que Pablo escribe al final de Efesios 4:16 “…recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.”
Lo había leído cientos de veces pero ahora, era como que el Espíritu Santo ponía su dedo
sobre el pasaje, especialmente las cinco últimas palabras: “PARA IR EDIFICANDOSÉ EN
AMOR” y nos señalaba un imperativo. Esto vino con fuerza, con mucha fuerza a mi espíritu.
Pero esto era solo la primer parte. La declaración que siguió vino más clara y terminante: ¡Si
no encarnan el amor de Cristo, no hagan coyunturas!
Aquí venimos al tema. Mi tema es el amor. Y porque no profetizarlo: VIENE UN TIEMPO
DE MAYOR PROFUNDIDAD DE LA HUMILDAD Y DEL AMOR DE CRISTO ENTRE
NOSOTROS.
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Entonces, esto no lo puedo predicar o enseñar. Solamente lo comparto como una profunda
inquietud de Dios dentro de mí. Un ansia que con fe podemos vislumbrar.
1. EL AMOR DE DIOS
Dios siempre nos ha hablado del amor. Dios es amor. Su amor expresa la misma naturaleza
de su persona. El vuelca su amor abundantemente hacia nosotros y todo el mundo. El amor es
el vínculo perfecto que nos relaciona con él. Es también el vínculo indispensable que nos
relaciona los unos con los otros.
Cristo es el objeto del amor de Dios. En Cristo se centran todos los afectos del Padre. Y quien
está en Cristo también participa de todos ellos. Por lo tanto, el amor se constituye en la
indispensable prueba de nuestro discipulado. Y el amor nos hace estar en paz con Dios, con
nuestros hermanos y aun con nuestros enemigos. Es la señal identificatoria de todo genuino
discípulo.
Cuando Jesús nos enseñó a amarnos unos a otros, puso énfasis en que era “un nuevo
mandamiento” En el transcurso de los siglos se daba una nueva oportunidad de amar. Aquí
hay evidencia del cambio profundo que se produce entre Dios y el hombre a través de la
redención. “Un nuevo mandamiento” para una nueva relación entre el hombre y Dios por
causa de la redención. ¡Aleluya! Una dimensión nueva de la presencia viva de Dios en los
redimidos. La “supereminente grandeza” del poder de Dios por el Espíritu Santo llenando y
actuando en el hombre.
Pero es necesario que también prestemos atención a la otra observación de Jesús: Ámense
“como yo les he amado” No amor “sentimiento”… amor para sentirnos bien, sino amor
como Cristo amó. Amor de Cristo, enviado de Dios por el Espíritu Santo para que en el
receptor se cumpla la redención, comunión con Dios, santificación, edificación. El pleno
desarrollo a la imagen de Cristo.
El amor fue el signo que distinguía a la primera iglesia. “Mirad como se aman”, decía la
gente.” La multitud de los que habían creído eran de un solo corazón y una sola alma…”
¿Cuál era la clave de semejante unidad? El amor de Cristo. “Comían juntos con alegría y
sencillez de corazón”. “Ninguno decía ser suyo nada de lo que poseía.” ¿Por qué era esto?
Porque se amaban con el amor de Cristo.
En ésta iglesia el amor superaba todo: la elocuencia. El profesionalismo…que seguramente
no existía. Todo era sencillo, común. Pero había “eso” que no era común: se amaban.
Seguramente ese amor descendía del ministerio. Los padres que ministraban se amaban.
Amaban entrañablemente a Cristo, se amaban entre sí y proyectaban la gracia del amor sobre
todos los santos. Este es el orden natural. De no darse esto, es impracticable esperar tener una
iglesia que se ama. El amor de los unos para con los otros comienza con ese amor que Cristo
vuelca desde los que presiden.
2. TRES EXPRESIONES DEL AMOR DE CRISTO
Había tres aspectos definidos por donde operaba la gracia de Cristo. Y si queremos amar
como él, estos mismos canales tienen que operar en nuestras vidas.
A. COMO SALVADOR
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Como Salvador, Jesús califica la razón misma de su venida al mundo: “El Hijo del hombre
vino para buscar y salvar lo que se había perdido” Este era su objetivo, su blanco, la razón
del todo de su venida al hombre.
Jesús es Salvador. ¿Quién puede medir el caudal del amor y gracia que fluye de la cruz? Su
amor no se mostró con palabras o promesas solamente sino que para salvar entregó su vida en
expiación. Este es el primer canal por donde fluye el amor de Cristo.
¿Cómo se aplica esto a nosotros? ¿Podemos nosotros fluir por ese mismo canal? A primera
vista diríamos que sólo Jesús puede hacerlo.
¿Quién puede asemejarse a él? Solo Jesús salva. Cuán cierto es esto. Pero pensemos: ¿Puede
Jesús salvar sin nosotros? ¿Nos hemos dado cuenta cabalmente, alguna vez, (porque el
pensamiento es profundo y escrutador) que SI LOS REDIMIDOS NO CUMPLEN SU
PARTE EN LA REDENCION, LA OBRA DE CRISTO QUEDARÍA TRUNCA? Esto es
para meditar. Si la Iglesia no cumple su parte, ¡Dios carecería del otro elemento
indispensable para efectuar la redención del hombre!
¿Quién determinó que fuera así? Dios. El hombre se va a salvar por la “locura de la
predicación” Y el plan de Dios es que SOLO LA IGLESIA sea heraldo de la salvación.
Dios puso las llaves del reino en las manos de un hombre, y nunca las retiró.
Los ángeles no predican. (Caso Cornelio) El Señor no predica (Caso Saulo) “Las piedras” no
predican… Pero van a clamar contra nosotros si no lo hacemos. Es algo bien conocido que la
gracia redentora es visible y eficaz en la medida que la Iglesia se levanta, se santifica y calza
sus pies con el “apresto del evangelio”
Como sacerdotes de Dios, sólo a nosotros se nos ha encomendado “proclamar las virtudes
de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” Gracias a Dios por el Poderoso
Espíritu Santo que se mueve para despertar, acicatear y energizar al pueblo de Dios en la
tierra
Quizá ahora entendemos mejor el grito de Pablo: ¡Ay de mí si no predicare el evangelio! Es
profundo y elocuente oír a Pablo decir: “…cumplo en mi carne LO QUE FALTA de las
aflicciones de Cristo…” ¿Qué falta de las aflicciones de Cristo? Lo que tiene que poner la
iglesia: LA SOBREEDIFICACION. El fundamento está puesto, ahora falta predicar y
edificar sobre ese fundamento.
Pero hay otro aspecto del ministerio de salvación que nos toca ejercer:
SALVAR A LOS REDIMIDOS.
¿Qué significa esto? Socorrer, defender, cubrir a los santos. Este es el amor de Dios fluyendo
por nuestro canal salvífico:
- “Si tu hermano peca contra ti…” (Mt. 18) Salvamos al hermano y a la iglesia de una
situación pecaminosa.
- “Si alguno entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver…
salvará de muerte un alma…” (Santiago 19:20)
B. COMO SIERVO
3
El segundo canal por donde fluyó la gracia del amor de Dios en Cristo fue en su carácter
de siervo. Fue el perfecto siervo. “El hijo de hombre no vino para ser servido sino para
servir…” La descripción que hace Pablo de Jesús en Filipenses 2:5-11 jamás perderá su
profundo y conmovedor impacto. La expresión está hecha con vocablos humanos
tratando de describir lo indescriptible, aquello que excede todo conocimiento. Poco
sabemos de todo lo que hay encerrado en la exclamación gozosa del Padre. “¡Este es mi
hijo amado en quien tengo contentamiento!” Sobre todas las cosas, en su encarnación,
Jesús fue SIERVO.
Comienza desde niño: “Entrando en el mundo dice: me preparaste cuerpo…He aquí que
vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad”. Un pesebre fue su cuna de nacimiento. Y su
primer prueba fue guardar silencio por 30 años, sin siquiera insinuar la divina potencia y
autoridad que moraban en él. Se sujetó en todo al Padre: “Nada hago de mí mismo. El
Padre que está en mí, él hace las obras.” Sirvió a sus discípulos, sirvió a hombres y fue
obediente hasta la muerte.
Este es, también, nuestro segundo canal por donde se debe expresar el amor de Dios.
Debemos servir a nuestra esposa, hijos, amos, vecinos, amigos, enemigos, a los hermanos
y a Dios. El amor es abstracto en sí, se manifiesta por las obras. Así Dice Santiago.
Siendo así, el amor sin servicio carece de sustancia.
Pero no debemos hacer cualquier servicio que se nos ocurra. El mundo estará encantado
si ve a los santos ocupados en “servicios generales” que no alteren el “status quo” del
mundo. Así como Jesús nada hizo que no viniera del Padre, así ni nosotros si no viene de
Dios. Para esto debemos ser hombres de una visión bien clara, y no salirnos de ella.
Entonces, cualquier servicio que hagamos debe coincidir con el plan y el propósito de
Dios. Para esto debemos aprender a invertir bien nuestro tiempo. Muchas cosas “buenas”
pueden ser obstáculos para cumplir lo específico que Dios nos ha encomendado.
C. COMO AMIGO
Se decía de Jesús que era “amigo de los pecadores” Siempre nos impactado el profundo
afecto que había entre Jesús y sus discípulos. Hay escenas muy tiernas en esa relación. Se
nota una intimidad de amor y cariño como cuando Juan estaba recostado sobre el pecho
de Jesús. No debemos tomarlo como un hecho aislado, más bien indica la ternura que
partía de un hecho: eran amigos.
“Mirad como se aman,” decía la gente de nuestros primeros hermanos. Es que eran
AMIGOS. Y esa amistad era la que cautivaba la gente. Podemos relacionarnos y
servirnos por cumplir un deber, porque se nos impone la obligación. No podemos decir
que esto está mal. Si cumplimos nuestro deber y atendemos debidamente las cosas que se
nos imponen, seremos aprobados.
Pero hay algo más que esto: servir por amor. ¡Ser amigos!
El ser amigos cala hondo, hace dulce y atrayente la relación. Crea vínculos más allá del
deber de cumplir lo que se nos impone. Podemos conocernos profundamente. Estar juntos
es un deleite, no una cita. No tenemos recelo en hablar lo íntimo.
4
Así es aún en el mundo, entre los hombres. Pero, ¿Cómo será en la iglesia donde tal
amistad se nutre en la corriente del amor de Cristo? Jesús dijo a sus discípulos: “Ya no os
llamaré siervos sino amigos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor, os llamaré
AMIGOS porque todas las cosas que vi de mi Padre os las he dado a conocer”
¿Ven? ¿Por qué amigos? “Porque todas las cosas que recibí de mi Padre os las he dado a
conocer”. Esto hace amigos y es a la vez la riqueza de esa relación de amor. ¡Oh, cómo
abrió Jesús su corazón a sus discípulos para volcar en ellos las “intimidades” del Padre,
de la casa celestial, de su plan y propósito! Cundía el candor, la alegría, la profunda
emoción. ¡ERAN AMIGOS!
Frecuentemente, cuando cesa el deber de estar y cumplir nuestra tarea… no hay más.
Como padres, podemos cumplir todas nuestras obligaciones de padre… ¡y no más! Como
esposo… como pastor… y no hay más.
No es posible ser amigos de todos, pero de algunos es indispensable que lo seamos:
esposa, hijos, colegas, y todos los más allegados a nosotros en la tarea el Reino.
CONCLUSION.
Creo haber entendido que el signo principal de toda relación es el amor de Cristo.
No quiero hacer coyunturas si el amor de Cristo no se manifiesta claramente entre
nosotros.
Quiero revisar mi relación con mi esposa. Ella es mi relación más íntima.
Debo revisar mi relación con mis colegas y los que trabajan para el Señor cerca
mío.
Creo que VIENE UN TIEMPO DE MAYOR PROFUNDIDAD EN LA
HUMILDAD Y EL AMOR DE CRISTO ENTRE NOSOTROS. ¡Amén!
EXTRAÍDO DE ENLACE
http://haciendodiscipulos.com.ar/escritos/imb/Relacionados%20en%20Amor.pdf
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